Día 4: Yosemite - Reno

Despertador a las 6, duchas, desayuno, recogimos maletas, cargamos coche y puntuales a las 8 estábamos en marcha. 

Hoy salíamos del parque por TIOGA PASS, la carretera que lo cruza (Tioga Road), cierra con las primeras nevadas del invierno y se abre con el deshielo la de primavera. Es una carretera escénica de unos 60 km entre Crane Flat y Toulumne Meadows; la atracción en sí es conducir por ella. Sus paisajes son una preciosidad. 

Después de una hora y media llegamos al primer punto, OLMSTED POINT, un mirador con bonitas vistas, desde donde se puede divisar a lo lejos la parte norte de Half Dome.








La siguiente parada, TENAYA LAKE, se llega en coche muy cerca de la orilla del lago, pero apenas tiene señalización y es un poco complicado encontrarlo. Estuvimos un buen rato, el paisaje era muy bonito, se estaba muy tranquilo y el día estaba despejado. 





También fuimos a la otra parte del Tenaya Lake, donde tiene una especie de playa, pero las vistas son mucho más bonitas desde la otra zona.

Y el tercer punto, TOULUMNE MEADOWS, es una zona de praderas situadas junto a la carretera; quizá es el más famoso de esta zona, y tiene unos paisajes muy bonitos. Dimos un paseo hasta Tuolumne Meadows Footbridge, que es la foto típica (700 metros de ida y otros tantos de vuelta). Aunque hacía bastante fresco (había bajado unos cuantos grados la temperatura) el paseo fue muy agradable, porque las vistas eran muy bonitas durante todo el recorrido; incluso a lo lejos se veían las montañas con algo de nieve. Para mi fue el mejor paisaje de esta zona.













Apenas nos separaban 13 kilómetros de Tioga Pass Entrance, pero al llegar allí, la barrera estaba cerrada (teníamos dos coches delante). Nos quedamos sin saber que pasaba, en esos momentos recordamos que nos habíamos cruzado con un coche de los rangers que iba con las luces puestas (al llegar a nuestra altura las quitó). Entonces comenzó a llover fuerte y al momento pasó a ser lo que se llama lluvia gélida (es como mini granizo), había gente que iba a preguntar que pasaba, preguntamos a dos, y el resultado era el mismo, había que dar la vuelta, estaba cerrado y no sabían cuando iban a abrir. Cuando habíamos salido de la zona de Tuolumne Meadows, el termómetro marcaba 8º y en momentos la temperatura cayó en picado a 0º.

Vimos que no había otra opción, así que dimos la vuelta antes de que pudiera ir a peor. La verdad que daba un poco de miedo como se había puesto la carretera, estaba blanca por completo.


Por la zona de Tuolumne Meadows, había un centro de visitantes, así que paramos a ver si nos podían orientar, porque al no tener internet nos complicaba buscar opciones. Nos dijeron que el paso estaría cerrado hasta mañana por la mañana seguro, así que le preguntamos por donde llegar a Battle Mountain que era donde íbamos a dormir, nos recomendó una ruta que suponía hacer bastantes más kilómetros, para así evitar otras carreteras de montaña que no sabía seguro como estarían (decía que en aquellos momentos estaban bien, pero igual cuando llegáramos no; por eso nos proponía la opción más segura). Nos dijo que el tiempo en Tioga Road en septiembre, era impredecible.

Llegamos a GROVELAND, compramos algunas provisiones más, repostamos gasolina, y allí mismo alrededor de las 3 comimos unos sandwichs rápidos. Seguimos ruta y prácticamente había que llegar a Manteca (donde dormimos antes de venir a Yosemite), ya con datos, fuimos calculando y vimos que no llegaríamos a dormir a Battle Mountain (donde teníamos reservado), y tras descartarlo, nos decantamos por Reno; que se encontraba 350 kilómetros antes, que aproximadamente eran unas tres horas.

El recorrido aunque la gran mayoría fue por autovías, se nos hizo duro porque pillamos tres retenciones, la ultima de unos 20-30 minutos, incluso nos llovió; y todo esto era un extra de kilómetros que no esperábamos.

Finalmente llegamos RENO sobre las 8’30, esta ciudad es una mini Las Vegas, todos los hoteles son casinos. Una vez en el Silver Legacy Reno Resort Casino at The Row, tras hacer el check-in, dejamos las maletas en las habitaciones y nos fuimos a cenar.

Cenamos allí mismo en uno de los restaurantes del hotel, Café Central, pedimos bastante variado, alitas, sandwich, tacos y espaguetis; que junto las cervezas y refrescos costó 159 $ con propina incluida (salimos a 29 € por persona). Al final la cena no estuvo mal.


Tras la cena la mitad del grupo se fue a dar una vuelta por el hotel, pero Pepa y yo nos fuimos a dormir; el día había sido duro y además yo llevaba varias horas con dolor de cabeza, que más o menos puede aguantar, pero necesitaba descansar ya.

Kilómetros aproximados: 645.

 

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